Recuerdo cuando leí la biografía escrita por Ian Gibson. Fue hace ya más de 20 años. Cayó en mis manos al estar por casa, en uno de tantos libros que mi padre almacenaba y de los cuales nunca pensé que acabaría leyendo.
Hasta entonces no había sentido especial interés en la figura y obra de Federico García Lorca, más allá de la típica curiosidad y simpatía que despertaba en un muchacho de 20 años que, por aquel entonces, se estaba formando. Pero los dos tomos de ese libro cambiaron mi percepción de este andaluz universal, poeta del folclore y, sobre todo, del pueblo, de su pueblo granadino y español.
El hispanista irlandés, Ian Gibson, es el mayor experto lorquiano. Desde que vino al sur de joven se quedó prendado de Federico e investigó a fondo. Recomiendo ver el vídeo de su participación en el programa La Clave, al principio de la democracia, donde se debate la muerte de Federico. Es muy interesante la confrontación que hay entre los dos historiadores que acuden al programa: Gibson y Vila San Juan. Ambos en dos esquinas opuestas. También el relato de Luis Rosales, otro gran poeta que fue amigo y testigo de cómo se llevaban a Federico aquellos fatídicos días en su Granada. En el debate intervienen a su vez tres personajes más que conocieron al poeta o que estuvieron presentes en aquellos días de comienzo de la guerra civil en Granada, como el gobernador por aquel entonces, Torres Martínez.

Lorca con su hermano Francisco
Pero ¿quién fue Lorca? ¿Por qué tiene tanta fama?
Federico era un personaje singular, para empezar. Todos los que lo conocieron han dado testimonio de su gran poder de atracción, de un embrujo peculiar que le hacía destacar entre el resto de personas presentes. Es uno de los más grandes poetas, dramaturgos y prosistas españoles, eso no cabe duda. Pero a Federico se le podía definir con muchos más calificativos: una persona buena, un juglar, un gran pianista… hasta dibujaba y pintaba bien.
Pero si su poesía ha permanecido igual de viva en nuestros días y su fama lo sitúa como uno de los mejores poetas del siglo XX en castellano, es por, aparte de su calidad artística e innovación literaria y teatral, la temática. Su poesía, su estilo toca los puntos cardinales de toda narración épica universal, desde el principio de los tiempos. Llega a todos los públicos del mundo entero porque habla del amor, de la muerte, de los miedos, los dramas… Es la construcción narrativa en la que se basa cualquier producto literario, cinematográfico o teatral que consigue conmover al gran público.
Poeta en Nueva York fue su cumbre, dicen. Aquí se refleja en su máxima intensidad la lucha social, el apoyo al pueblo llano. Dicen también que ese apoyo tuvo la culpa de su arresto y posterior asesinato. Otras fuentes lo achacan más a su condición sexual, su amistad con Fernando de los Ríos… o a una mezcla de circunstancias. El caso es que nos arrebataron a un ruiseñor en su momento cumbre, lo que habría continuado creando no lo sabremos nunca, pero seguro que sería muy grande.
Su legado sigue más vivo que nunca y su muerte solo sirvió para engrandecer su figura y aborrecer a los malditos que la planearon y llevaron a cabo.
¡Lorca, figura universal! Cumbre de las letras españolas.
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